En la penumbra de mi corazón,
donde susurros prenden fuego,
guardé un sueño, una ilusión,
pero su amor se va sin juego.
Como un suspiro en la brisa,
vio pasar su risa ajena,
y la vida, en su precisa
música, me llena de pena.
Ella danza en brazos ajenos,
mientras yo miro desde lejos,
tejiendo hilos de dolor,
en cada sueño, mi reflejo.
En su sonrisa hallo desvelo,
en su mirada, un mundo en guerra,
mi alma vive en un anhelo,
pero su amor, alas de tierra.
Night after night, echoes of sorrow,
murmullos que gritan sin razón,
el amor, como un mar, sin un faro,
me arrastra hacia la desilusión.
No hay consuelo para este fuego,
ni palabras en mi garganta;
solo sombras, solo el ruego,
de un cariño que nunca se quebranta.
Amar en silencio, doliente arte,
es guardarse en un laberinto,
donde los sueños hacen parte
del eco triste de un amor infinito.
Y así, en este rincón oscuro,
llevo mi pena como un abrigo,
amarle, aunque sea en el muro,
es el dolor que el alma persigo.
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Autor:
d_xd (
Offline)
- Publicado: 25 de junio de 2025 a las 20:48
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 15
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., alicia perez hernandez
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