La primera vez que te vi,
mi alma se quedó en silencio.
No fue un rayo ni un milagro,
fue algo suave…
como el amor entrando sin permiso.
Tus ojos tenían un refugio,
una calma que no se explica.
Y yo, sin saber tu nombre,
ya te llevaba dentro.
La primera vez que rozamos las manos,
sentí que el tiempo se detenía.
No hubo promesas, ni planes,
solo la certeza
de que algo había nacido.
Desde entonces,
he amado muchas veces ese recuerdo,
como quien vuelve a un lugar
que nunca se olvida,
como quien besa un sueño
y despierta sonriendo.
Porque hay primeras veces
que no terminan nunca,
que se quedan viviendo
en la piel, en la memoria,
y sobre todo… en el corazón.
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Autor:
Daniii (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 23 de junio de 2025 a las 06:10
- Categoría: Sin clasificar
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