Por surcar los meandros de tu cuerpo
pacté con la agonía
que, al albur de los hados del destino,
haría bendición de tus mentiras.
Por saciarme del néctar de tu boca
juré que, en esta vida,
al páramo sombrío de tu ausencia
jamás regresaría.
Por el brillo hechizante de tus ojos,
el rubor tropical de tus mejillas,
el tímido agasajo
de tus manos en forma de caricia,
por el tibio suspiro de tus labios,
tu risa fugitiva,
por el culmen onírico de un sueño,
te convertí en mi cima.
En el médano agraz de la pasión,
el falso resurgir de mis cenizas,
la cumbre inalcanzable del deseo,
la cúspide ridícula
donde, vana, mi sombra pudo hollar
el febril estertor de tus enigmas.
Y alcancé la cimera de tus pechos
sanando mis heridas.
-
Autor:
Raúl Carreras (
Offline)
- Publicado: 23 de junio de 2025 a las 04:53
- Categoría: Amor
- Lecturas: 5
- Usuarios favoritos de este poema: Merche Bou Ibáñez
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.