Hay rosas blancas
que forman, con las rojas,
una bandera.
Así las veo,
lo malo es que no entiendo
de dónde son.
Quizás la mano,
atenta, que las cuida,
está muy cerca.
Y sin países,
no existen las fronteras,
que nos separen.
Por eso, el alma,
así, las ve, y las lleva
a una bandera.
La mente clara,
y abierta, del poeta
deja ese guiño.
Pero las rosas,
ajenas al artista,
tienen su encanto.
Hay mil suspiros,
que ofrecen a las almas,
enamoradas.
Y hasta un susurro,
sus pétalos, nos mandan,
con su candor.
¡Benditas rosas,
que surgen con la sangre,
del corazón!
Rafael Sánchez Ortega ©
18/06/25
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Autor:
Pyck05 (
Offline)
- Publicado: 23 de junio de 2025 a las 03:32
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 0
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