Trueno.

Todo llega y todo pasa, dice un tema musical.

Así es el amor, que llega de una forma casual y esporádica, como ese trueno que llega de la nada, se oye hasta lo más lejos del valle y así mismo también desaparece.

Solo que el trueno, con su rayo quema, destruye si pega con algo importante y deja solo el humo, el polvo al final.

El amor, algo parecido cuando se pega en el corazón, va amontonando hechos que son recuerdos con el tiempo, quema, pero no daña…

Al comienzo no, solo crea y va dejando una estela de esperanza en dos que dicen amarse, arrasa por mucho tiempo hasta que un día llega esa verdad que no se espera, se va apagando como ese tronco de madera en que pegó el rayo, dejando solo esa marca de algo que tuvo vida, que un día fue algo, pero que con los días, meses, años y penas se secó y hoy solo es un trozo de carbón sin ninguna utilidad. 

Y así somos los que un día tuvimos un amor así, al que le inculcamos tanta fe y esperanza que fue un maravilloso fuego que ardió aún en medio de un frío invierno, pero… Ya es solo un poco de nada, un leve recuerdo que el aire se llevó.

Y murió…

Anna.

Marzo 16. 2025.

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