El día
Sale el sol, inicia el día,
Oigo el gallo abriendo el pico,
es farsante no es cantor,
fue el primero en despertar y jamás podrá cantar,
gallo y plumas nada más,
una bomba ha estallado, en mi oído somnoliento,
la bocina es estruendosa, melodía venenosa,
mi teléfono y su alarma, que me dicen despertad,
la rutina me reclama, que abandone ya mi cama,
el trabajo es esa mierda, que nos da dinero sucio,
ya me llega a mi prepucio, trabajar para comer,
eso ya lo tengo claro, solo tendré que fingir y tratar de cumplir,
protocolos y cumplidos y unos gestos fabricados,
hoy prefiero ya dormir, masticando chicle menta con sabor a vulva hambrienta,
y cabalgar por largas horas una yegua venenosa,
mañana, tarde y noche, cien orgasmos demenciales,
son las musas y mujeres, los tesoros y demonios,
piernas, vulvas y tetas, el paraíso perfecto del poeta,
oh, montes frondosos y hoyos hermosos,
ya entre sueños vuelvo en mí,
y muy lento abro mis ojos descendiendo de mi nube,
piso tierra bostezando e Inicio el día con furia,
y con versos y con sed, sed por Eva, yegua hermosa,
ya despierto y miro al cielo,
veo cuervos, nubes negras,
dioses locos y gusanos, disfrazados y horrorosos,
ese infierno hoy me espera, el trabajo y la rutina,
alcahuetes miserables, busco un chicle y aspirina,
los estúpidos y estúpidas ahí están y estarán,
a lo largo del sendero, de este día miserable,
a cada hora hay más enfermos, a este día lo maldigo,
desquiciados mal olientes, ya sin alma, sin ombligo,
se alimentan de excremento, y en su hocico se los digo,
chupan vergas, beben semen, lamen pisos putrefactos,
y se ponen rodillas a ese jefe maloliente,
y al sistema vil demente, mundo negro y reciclado,
dios maldito e inventado,
ese dios es miserable, un salvaje sordo mudo,
un dibujo desquiciado, nace el día, con su cría,
la maldad y la mentira,
yo converso con Bukowski, con Platón y con Verlaine,
conversamos y reímos de comedias y novelas,
hoy no se lidiaré... tanta mierda y tanto estúpido,
en todo mi alrededor, los enfermos son la plaga y su virus contagioso,
hoy son mil después dos mil, y pretenden contagiarme,
yo les muestro esta mi verga dura, erecta y muy risueña,
y con versos de fuego y arena, ya se espantan y se largan,
huyen por los recovecos, son maricas, con miserias,
con sus culos reventados y en sus bocas cuanto semen,
Nace el día y sigo en cama preparando mi libreto,
unos versos fabricando, y tejiendo dulces frases consolido ya mi escudo de poeta
luchador.
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Autor:
titánico (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 22 de junio de 2025 a las 22:53
- Comentario del autor sobre el poema: Los enfermos son los estúpidos, lo demás es solo poesía en mi estilo, quizás con un gran toque de exageración. Provecho...
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 2
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