Aunque te caigas mil veces,
aunque el suelo conozca
el contorno exacto de tus huesos,
aunque el polvo se burle
de cada intento fallido,
levantate.
No por orgullo.
No por demostrar.
Levantate por vos.
Porque hay fuego en tus entrañas
que ni la noche más larga puede apagar.
Podés sangrar,
podés llorar,
podés pensar que ya no vale la pena,
pero si tu alma tiembla…
es porque todavía vive.
Y si vive, late.
Y si late, lucha.
Y si lucha…
algún día gana.
Así que caé.
Caé todas las veces que haga falta.
Pero no te olvides nunca:
vos naciste para ponerte de pie.
Y si el mundo te da la espalda,
si tus pasos se pierden
en caminos que ya no reconocés,
si te sentís solo incluso rodeado...
respirá.
Porque cada respiro es un acto de coraje,
cada parpadeo, una promesa
de que todavía estás a tiempo
de escribir la historia a tu manera.
No sos tus caídas,
ni tus errores,
ni los “no puedo” que te gritaron de chico.
Sos el intento número mil uno.
Sos el temblor antes del milagro.
Sos la cicatriz que aprendió a brillar.
Así que, cuando todo duela,
y no quede nada…
quedás vos.
Y con vos, basta.
-
Autor:
Daniii (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 22 de junio de 2025 a las 10:44
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 6
- Usuarios favoritos de este poema: Eduardo Rolon, Nelaery
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.