En este fin

Hoy me desperté, en este fin.

Confundido, como el alba que no encuentra su camino.

Arrepentido, por las palabras que no dije cuando dolía el silencio.

Avergonzado, por el eco de mis mentiras,

repitiéndose en los pasillos vacíos de mi ser.

Cansado, de cansarme y no alcanzar.

Quizá no tenga remedio,

quizá esta vergüenza sea inocultable.

Mi afrenta es incurable.

Mis fuerzas y mi esperanza se cansan hasta desfallecer;

están tendidas en la senda vana del placer.

Mis sendas son oscuras, no sé a dónde voy.

Quizá este sea mi destino:

morir en este camino resbaloso.

Cansado estoy de querer quererlo.

¿Por qué quiero culpar al Altísimo?

Por causa de mi maldad estoy así.

Mis pecados están siempre delante de mí,

como el acusador que muestra las pruebas delante del juez;

pero no hay necesidad de acusador: mis maldades son evidentes.

Arrepentido estoy… de no arrepentirme.

Pero mis súplicas son vanas,

pues mi corazón ama el pecado como las abejas aman las flores.

Quizá no haya salvación de Dios para mí.

Escribiré para calmar mis penas, 

Dando vuelta sin parar.

Mi corazón siepre está pronto divagar.

Mi afrenta me cubre, pues he pecado contra ti,

Y le he fallado a mi amada.