"SIN UN ADIÓS TAMBIÉN NOS SUPIMOS DESPEDIR"

Esta noche no habrá poemas, tan solo unos versos libres en escena.

Dejé de publicar mis poemas porque la musa que me inspiraba se perdió con paso firme sobre la arena.

Pasó el tiempo, desbordando cada momento, abriendo paso al olvido que se instaló aquí dentro.

No volvimos a comunicarnos, era mejor dejar todo a un lado, seguir como si nada hubiese pasado, no flaquear y seguir haciendo olvido, es de lo que nos ha servido más de una década dedicada al infinito y sabes bien que ya no te necesito.

Y te invito a que vuelvas a leerme, han cambiado tantas cosas antes de volver a verme... que saltaron mariposas pero conseguiste perderme entre los silencios y las prosas de una llamada perenne.

Una gran fiesta con alguien que me aprecia, me llevó por bares a cubatas y cervezas, la noche perfecta, fiesta y bailes hasta que amanezca y de repente una sorpresa indirecta... 

Escuché tu voz, reconocible entre todas las posibles, estabas a mi espalda, mi corazón se encogió mi cuerpo tembló por no saber tu reacción. Minutos penitentes, solo quería darme la vuelta y mirarte, pero en ese momento era imposible complacerme, no quería dar explicaciones de que pude conocerte.

Mis nervios disparaban cada paso que daba, bajaba escaleras y tú me seguías por detrás de ellas, entramos a conciencia, me alejé de la barra solo ppr supervivencia, allí estabas, bailando y no callabas, cuando alguna mirada me cruzabas...

Acabamos la noche, yo de espaldas por no tener reproche si te acercabas, me observabas en la distancia con ganas de decirme todo y no diciendo nada. 

Arrancamos hacia el coche, la luz del día asomaba, me senté delante, respiré y supe que ya no sentía nada, solo quería que acelerara y de allí me alejara, no quería remover más lo que un día fuimos para no vernos más.

De camino cambié a mi coche hacia mi destino, recapacité, te pensé, hubo un momento que hasta te anhelé, pero por dentro sabía, que aunque nunca hubo una despedida, el tiempo curó la herida, y no pudimos ser, nostalgia y melancolía por un ayer que hace tiempi que cerré, no hubo lamento, un suspiro de alivio salió desde dentro, era mi alma, tu gemela en calma, por habernos encontrado y sonreir por todo lo que nos había pasado...

Comprendí que hacía tiempo me había despedido de ti, sin querer, sin sufrir, que teníamos que vivir en el hoy y no en el ayer, que todo estaba por venir, sin pena, sin rencor, ninguno de los dos teníamos pensado volvernos a ver, el destino nos volvió a unir para dejarnos claro que no dejamos de existir, pero que sin un adiós también nos supimos despedir...