Por Ti

Así como el sol nace majestuosamente cada mañana, tiñendo el horizonte con tonos dorados y rosados, y así como ha seguido su inmutable curso a lo largo de incontables milenios, brindando luz y calor a la Tierra;

Es así como este amor que siento por ti permanece vibrante y eterno. No conoce la variación, ni disminuye con el paso del tiempo, y mucho menos pierde su razón de ser, pues eres la esencia misma de su existencia.

De la misma manera que la tierra, reseca y sedienta, clama fervientemente por la lluvia que la nutra y la renueve, y como las noches, profundas y misteriosas, anhelan la compañía de las estrellas que las salpiquen de luz;

Es de esa misma forma que mi alma necesita la melodía de tu voz, anhelando cada sílaba que pronuncias. Mi ser ansía el roce delicado de tus dedos, esa caricia que enciende una chispa en lo más profundo de mi ser.

El eco de tu voz resuena en cada fibra de mi ser, una sinfonía que calma y eleva mi espíritu. Tu color de piel, ese matiz único y perfecto, es, sin duda, mi color favorito, una obra de arte que admiro constantemente.

La miel que brota de tus labios, dulce y embriagadora, es la exquisitez más sublime que he tenido el privilegio de probar, un sabor que persiste y deleita.

Es solo cuando un hombre aprende a amar a una mujer que verdaderamente comienza a vivir, descubriendo la plenitud de la existencia. Un hombre empieza a vivir realmente cuando dedica su vida y su ser a una mujer, encontrando en ella su propósito. Y un hombre se convierte en el más dichoso de los seres cuando comprende y sabe amar con todo su corazón a una mujer, elevando su amor a la más alta expresión.

Gracias, mi amor, por el inmenso privilegio de permitirme amarte.