Muere conmigo.

Edwin Acosta Pena

Tus ojos,

cada vez que vuelvo 

parecen otros,

tu plácida mirada fija 

a mi apacible alma

ya no la despierta.

Las galopantes noches ciegas 

cubren de huellas grises 

la ciudad austera,

un moño de tu cabello 

reluce en la multitud de fantasmas;

entonces, mi camino se detiene,

es otra oscura noche muerta,

la que he soñado tantas veces.

Mi jardín siempre ha tenido 

la melancolía de volver por tí

y por la cantidad de tus huesos,

creo que mi amor está diciendo 

lo que se dice a veces,

en éstos momentos tristes:

ven corazón, muere conmigo 

que por tí he venido.

©.

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