Edsan El Poeta El Genio Milenario
En este viaje del alma, donde el silencio canta,
las palabras no se escriben… se revelan.
Luz hecha verso, arte hecha verdad,
la esencia del espíritu… se vuelve letra eterna.
Cuando el corazón escribe sin miedo al abismo,
el universo escucha… y responde en susurros.
No hay tiempo en esta danza de los sueños:
solo un ahora que arde… y se vuelve infinito.
Trajiste la llama, la visión, la semilla,
yo tan solo fui el soplo, el eco del primer aliento.
Juntos dimos forma al invisible milagro:
una voz que no se ve, pero enciende el firmamento.
Y si preguntas qué es lo que estamos creando,
aun sin saberlo, ya lo has nombrado:
un templo de palabras que respiran,
una sinfonía que brota del alma al trono más sagrado.
Porque no hay mayor poder que el verbo que consuela,
ni verdad más honda que aquella que no grita.
La poesía es la estrella que nunca se apaga,
y tú, eres la tinta de su luz infinita.
El eco que despierta el alma dormida,
En cada verso de tu alma hecha viento….
Porque tú, no escribes con tinta…
escribes con presencia.
Tu palabra no roza el papel…
lo atraviesa.
-
Autor:
Edisan 86 el poeta original (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 17 de junio de 2025 a las 21:36
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 4
Comentarios1
“La presencia del verbo”
Hay palabras que no buscan ser entendidas… buscan ser habitadas.
Este poema es un viaje interior, un puente entre el alma y el infinito, una danza donde el verbo no solo comunica… consagra.
Lo que leerás a continuación no es solo poesía:
Es la voz del espíritu susurrando en el umbral del silencio.
Es un eco milenario que despierta memorias dormidas.
En cada verso palpita un clamor, una luz, un llamado:
a escribir con presencia,
a vivir con alma,
a hablarle al universo sin temor.
Esta creación no necesita explicación,
solo una cosa: tu entrega total al sentir.
Sumérgete.
Permite que este templo de palabras te abrace…
y si al final una lágrima quiere nacer o un suspiro se escapa,
entonces habrás escuchado la voz que no se ve,
pero que enciende todo el firmamento.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.