De su voz, un suspiro amargo,
borré su rastro, sin un letargo.
No merece mi red, ni mi espacio,
su amistad, un eco en el vacío.
¡Qué locura, la vida en la pantalla,
donde el alma, en píxeles se halla!
Interacciones diluidas en la bruma,
cara a cara, la verdad se esfuma.
Duele sentir la esencia perdida,
la vida humana, en lo virtual, hundida.
Un lazo roto, aunque etéreo y frío,
deja un hueco, un dolor tardío.
La triste verdad nos desvela:
la existencia, un código que cela
el calor de un abrazo, de una mirada,
la vida, ya no vivida, sino soñada.
JTA.
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Autor:
jtaltuve (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 17 de junio de 2025 a las 11:50
- Comentario del autor sobre el poema: La chispa que encendió este poema: Quiero compartir con ustedes el hilo de pensamiento que me llevó a escribir este poema. No fue una experiencia directa mía, sino algo que resonó profundamente en mí tras escuchar una conversación, un eco de una situación ajena. Recuerdo que se hablaba de cómo alguien decidió, de la noche a la mañana, "borrar" a otra persona de su universo digital. La razón detrás de este acto era un quiebre en una relación cercana a esa tercera persona, algo tan doloroso como una infidelidad. Y ahí, en ese instante, una pregunta comenzó a revolotear en mi mente: ¿Es realmente necesario y efectivo cortar un lazo digital cuando la vida real puede tomar rumbos tan inesperados? El nudo de los lazos virtuales: Este episodio me hizo reflexionar sobre el dilema de los lazos virtuales. Es fascinante cómo hoy en día depositamos tanto peso en lo que sucede en una pantalla. Si pensamos un momento, la vida es fluida, llena de giros y vueltas. Es muy posible que quienes hoy están distanciados por una situación dolorosa, mañana encuentren la manera de sanar y reconstruir puentes. Y si eso ocurre, ¿qué valor tiene haber deshecho un vínculo digital? Es ahí donde veo una disonancia: la vida real, con sus complejidades y sus procesos de reconciliación, choca con la inmediatez y la aparente irrevocabilidad de un "borrar" en el mundo virtual. Nos hemos acostumbrado a que las redes sociales sean el termómetro de nuestras relaciones, creyendo que al eliminar un perfil, eliminamos también una conexión de la realidad. Pero, en esencia, una red social es solo un conjunto de datos, un código. No es el latido de la vida misma. Este poema es un intento de explorar esa fina línea entre lo que mostramos en la pantalla y lo que realmente somos y vivimos. Es una invitación a mirar más allá de los píxeles y a recordar que la autenticidad de los lazos humanos se teje en el encuentro, en la empatía y en la comprensión, más allá de cualquier clic o deslizamiento de dedo. JTA.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 7
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z.
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