Y es que si quieres, aunque no puedes e intentas vez tras vez, hasta que nuevamente eres esa pequeña de ocho años, que solo desea no intentarlo más, fantaseas todo el día, tu mente se sumerge en las mil y una formas de terminar, pero tienes miedo... ¿De morir o de vivir?
El dolor siempre te acompaña, cálida y amablemente, es quién no se va, es la esencia de la vida.
Quiero dolor, deja que tome el control, entonces sabré vivir contigo a mi lado. Sé mi amigo, por el contrario no sobrepases límites, entonces podré vivir sin miedo o vivir sin morir.
Deseando no crear a nadie más para obligarme a saltar. Solo estoy cansada de caminar y deseo que el tiempo no me arrastre más.
Sentimientos de miseria he vivido más de los que agradaría aceptar. Si, mi corazón es tan frágil, simplemente no te acerques a el.
No debería tratar de sanar si mi deseo no es hacerlo, pero heme aquí nuevamente tratando de hacerlo, sanar.
Querer expresarlo pero ocultarlo de todos, y es así, no quiero que nadie sea capaz de ver a través de mi dolor ni de mi vulnerabilidad, así que termino molesta... en este mundo sin sentido hablo del amor que se expresa por medio de la destrucción.
Lo sé, no soy capaz de salvarme y no puedo librarme, por eso es que mi anhelo es rescatarle.
¿A quién? Ni idea, únicamente quiero protegerle de todo. De palabras que no desaparecen.
Mediante los hilos rojos nos conectamos, por tanto si el mundo se rompe buscaré el proceder adecuado para que no te dañe, incluso si eso significa romperme. Y el día que odies este mundo, por ti lo destruyo.
Y si en este mundo no estás, entonces tampoco habrá razón de que yo exista aquí.
Pequeña de ocho años, no deberías experimentar ni racionalizar este dolor, un ser que apenas entiende la existencia no debería tener miedo a perder la cabeza.
Pasan los años y ya no es una pequeña niña, transitan estaciones, ella sabe que sentirse de la manera en que lo hace no es lo adecuado por eso es que decide disfrazarlo. En cierto momento concreto deja de ser un alma triste y pasa a cubrirse con abrumadoras mentiras camufladas de amistad, diversión y mucho color. Empero sigue afanada a desaparecer, lo piensa cada noche, por eso es que ella duerme.
Amada bella durmiente, tu sueño... Oh, gran confort, ¿Escapas para ser feliz o para desear no vivir?
Pequeña ya no eres, dime, ¿Ahora tienes el control?
Lograste vivir una historia feliz, el príncipe, los enanitos, ratones habladores, casas encantadas, qué maravillosa imaginación, entonces explica: ¿Por qué crees que estás encerrada con la bestia? ¿Temes a la bestia o a tu mente?
Adoras las nubes, me pregunto si es porque anhelas estar junto a ellas. A pesar de ello, ya tienes diecisiete años... ¡Qué problemático! Ya no solamente temes perder el control, ahora también sabes que tu deseo es pecado, te refugiaste en la religión y Dios no va a tolerar tu imaginación.
¡Qué sorpresa! Nuevamente no funcionó, ¡Carajo! ¿Estoy rota o mal hecha? Este vacío no tiene explicación y hablarlo no me lleva a una solución, fingir lo hace peor, vivir con esto es abrumador y para agravar el final, la tristeza comienza a significar confort.
Descubriste que hay rachas buenas, demasiadas para ser verdad y no puedes evitar imaginar que algún día estar bien sea lineal. Dentro de ti sabes que eso no pasará, no podría ser real.
Estar bien se ha convertido en un arma mortal, y logras aparentar verte tan bien aunque por dentro te sientas fatal. Todos creen en esa sutil belleza, ¿No necesitas que se den cuenta?
Ya pasaste los veinte años, nada cambia del todo. Te las arreglaste para ser altamente funcional, responsable, aquellos que te conocen exaltan tu fortaleza, tu inteligencia, a menudo escuchas cuan sabia eres, amable siempre te mantienes. Solo tú sabes la verdad, en tu interior nunca dejaste anhelar no seguir más.
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Autor:
Kim Mandarina (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 16 de junio de 2025 a las 19:38
- Comentario del autor sobre el poema: Escritos en mi diario encontré, hace mucho tiempo los escribí y no quería enfrentarlos, puede ser esa la causa de que los estuviera tan escondidos. Pienso mucho últimamente en maravillosos escritores y lo mucho que sus diarios o cartas nos han transmitido, Alejandra Pizarnik, Virginia woolf, Franz Kafka, Ana Frank, Sylvia Plath, entre muchos más autores. Pero la mayoría no tuvieron la oportunidad de decidir si sus pensamientos más íntimos querían compartir, aunque de alguna manera esos pensamientos son los que personalmente me han marcado, por eso decidí enfrentar mis propios pensamientos "oscuros" y compartirlos con el mundo.
- Categoría: Triste
- Lecturas: 1
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