¿Quién pudo, sino el tiempo en su ironía cruel,
tejer mi alma a la trama de tu ausencia?
No sé cómo lo logras, este invisible niel,
que cada instante te dibuja en mi conciencia.
Despierto y duermo en tu eco, dulce tormento,
un silencio vibrante que no tiene asiento.
Tu recuerdo es un río que en mis venas fluye,
arrastra paisajes de lo que ya fue.
Y aunque la razón, tenaz, a veces rehúye,
el corazón no entiende de qué es o de qué fue.
¡Qué paradoja amarga! Te siento tan presente,
en cada fibra mía, aunque estés ausente.
Tu voz, melodía etérea, me roza sin tocarme,
un susurro en la brisa que me vuelve a encender.
Y sé que es absurdo, esta forma de amarte,
sin espacio ni tiempo para el roce o el ver.
Mas en este delirio, te creo tan real,
que mi mundo sin ti, se siente tan irreal.
La imagen tuya, un faro en la densa niebla,
guía mis pasos ciegos en la noche más honda.
Tu esencia, un perfume que la memoria siembra,
y en cada aroma, mi ser se desdobla.
Soy una vasija rota, que a tu nombre suspira,
mientras el alma, deshecha, a tu luz se tira.
Y dicen que el amor es el goce del encuentro,
la cálida piel, la risa compartida al fin.
Pero el mío, que te abraza en mi universo dentro,
es la angustia sublime de un eterno confín.
Profundo es este lazo, inquebrantable e insano,
un amor sin tacto, desgarrador, inhumano.
No hay palabra que abarque este dolor tan bello,
esta sed infinita que el vacío me da.
Te amo en la distancia, en cada destello
de lo que fuimos, de lo que nunca más será.
Y sí, es una locura, este fuego que no cesa,
la certeza de amarte, que al olvido le pesa.
JTA.
-
Autor:
jtaltuve (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 16 de junio de 2025 a las 18:25
- Comentario del autor sobre el poema: La inspiración nació de una observación intrínseca de la naturaleza del amor que trasciende lo físico, ese lazo que se anuda en el alma y persiste más allá de la presencia tangible. Me preguntaba cómo es posible que, incluso cuando la persona amada no está físicamente a nuestro lado, su eco, su esencia, su imagen, sigan habitando cada rincón de nuestro ser, alterando nuestra lógica y dictando nuestras emociones. De ahí surge esa "ínfima incoherencia" que da título al poema, esa paradoja de sentir plenitud en la ausencia, o de sentir la ausencia como una presencia constante. Quise explorar la complejidad emocional que surge cuando el amor no se limita a lo sensorial o a lo material. La idea de que el amor puede ser un "silencio vibrante", un "río que fluye en las venas" aun sin el contacto, me cautivó. Es una reflexión sobre la forma en que la memoria y el anhelo construyen una realidad interna tan poderosa que, a veces, parece eclipsar la realidad externa. Invito a cada lector a una introspección profunda sobre sus propias experiencias de amor y de pérdida. Deseo que este poema sirva como un espejo donde puedan ver reflejadas esas conexiones que, aunque no siempre se entienden racionalmente, son innegables y poderosas. Quiero desafiar la noción convencional de que el amor solo reside en el contacto físico o en la presencia constante. Aspiro a que el poema revele que la verdadera profundidad del amor a menudo se manifiesta en su capacidad de persistir, transformar y doler incluso en la ausencia, convirtiendo esa herida en una fuente de belleza y de inspiración. Además, busco ofrecer una sensación de reconocimiento y validación para aquellos que han amado profundamente y han experimentado la ausencia. Que encuentren en estas líneas un eco de sus propios sentimientos, sabiendo que no están solos en esa compleja danza entre la memoria, el deseo y la realidad. JTA.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 4
- Usuarios favoritos de este poema: Martha patricia B, Antonio Pais
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.