Tal vez algún día
el abismo se vació de sus lágrimas
y nació el mar…
tal vez nacio una tristeza tan grande
que no le cabía más al cielo,
y entonces la tierra abrió el pecho
y parió agua salada.
Dicen que el mar tiene memoria,
que no olvida ni a los barcos que se hunden
ni a los besos que se echan desde el muelle.
Que cada ola es una antigua lágrima
que vuelve a llorar con elegancia.
Yo te imagino así:
una tormenta que al fin se cansó de doler
y se hizo horizonte.
Una herida
que aprendió a bailar con las gaviotas.
Porque a veces,
cuando uno sufre tanto que no cabe en sí mismo,
se vuelve inmenso.
Se vuelve mar.
Y entonces puede abrazar costas,
besar islas,
acariciar orillas que antes no alcanzaba.
Tal vez así nacen los mares:
del dolor hondo
que decide no morir,
sino extenderse.
Y si alguna vez,
amada,
ves que mis ojos brillan con espuma,
no preguntes si lloro o si recuerdo:
solo dime
si quieres naufragar conmigo.
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Autor:
-Josué Guerrero (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 16 de junio de 2025 a las 15:52
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 9
- Usuarios favoritos de este poema: Javier., alicia perez hernandez, Antonio Pais, Antonio_cuello, Mauro Enrique Lopez Z.
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