Cuando hablas, tiembla mi aliento,
se me escapa la razón,
Mi silencio es un lamento
que se ahoga en el rincón.
Te acercas… y el pecho estalla,
mi alma entera se conmueve,
Como el sol tras una valla
que ilumina y no se mueve.
Te encontré en noche cerrada,
cuando todo era un abismo,
Y tu voz, tan sosegada,
me enseñó a volver al mismo.
No lo sabes, y lo entiendo,
que tu risa es mi consuelo,
Que tu gesto, tan tremendo,
me da calma, cielo y suelo.
Eres luz entre la bruma,
eres tregua sin final,
Eres sol que nunca abruma,
eres fuego sin cristal.
Tan honesto y tan sincero,
tan humilde en tu esplendor,
Eres noble, verdadero,
un reflejo del amor.
Y aunque sé que soy ajena
a tu mundo y su valor,
Me conformo si mi pena
no interrumpe tu color.
No deseo ser cadena
que te ate al desamor,
Ni sembrarte en la vereda
las heridas de mi error.
Solo quiero que la vida
te regale su canción,
Que te cure la partida
y te abrace el corazón.
Porque tú, que fuiste herido,
mereces un buen destino,
Un amor que dé sentido,
un hogar, calor y vino.
Y si un día en la distancia
me recuerdas sin dolor,
Que te alcance la fragancia
de este tímido clamor:
Que te amé sin exigirte,
sin siquiera imaginar,
Que soñaba con decirte
lo que nunca supe dar.
Yasuara Melgara
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Autor:
Jasuara Melgara (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 16 de junio de 2025 a las 03:12
- Comentario del autor sobre el poema: https://vm.tiktok.com/ZMSPHdY2v/
- Categoría: Amor
- Lecturas: 1
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