Mi padre camina despacio,
pero su sombra siempre va delante,
abriendo el mundo.
El es un hombre que no habla en voz alta,
pero su silencio suena a campanas viejas
que anuncian la lluvia.
Tiene la voz suave
como un trago de café al amanecer
y las manos curtidas
de tanto abrazar la vida.
Hay en él una bondad sin discurso,
una nobleza sin bandera,
una ternura que nadie es capaz de negar.
No lo he visto llorar,
pero sé que en sus silencios
ha llorado por dentro.
Y aún así, ríe,
como si el dolor
fuera una nube pasajera.
A veces lo miro
y me dan ganas de detener el tiempo,
porque sé que su abrazo y su consejo
es el lugar más seguro del mundo.
Porque no hay día
que yo no lo mire
y no diga en silencio:
gracias, padre mío.
Mi padre siempre me ha cargado en sus hombros
para que pueda alcanzar las estrellas.
La verdad es que mi padre es una estrella.
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Autor:
Astronauta (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 15 de junio de 2025 a las 20:03
- Categoría: Carta
- Lecturas: 3
Comentarios1
Potente poema, Poeta J.J. Camacho. Te felicito. Muy bien trabajado semejante temática y contenido.
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