EL TIEMPO Y LA MEMORIA

– EL TIEMPO Y LA MEMORIA

El tiempo mismo me aproxima tu recuerdo,

proyecta tu imagen ya perdida en mi retina,

transporta tu esencia hasta mi mente.

Hasta mi corazón trae tus latidos;

siento en mi estómago, indomables,

esas mariposas que un día fueron tuyas.

La memoria me lleva por los senderos

que ayer y mil veces juntos recorrimos,

por la inmensidad de aquellos mares

que en mutua compañía navegamos.

A pisar la arena tímida y volátil

de tantos desiertos inabarcables.

Me hace traspasar de nuevo el umbral

de los deseos por siempre inalcanzables.

Hasta las nubes eleva mi pensar

para lanzarme con estrépito al abismo.

El tiempo y la memoria,

tal vez amantes, como

nosotros fuimos antaño.

Quizás por eso, no deja que en realidad

se tornen y cumplan nuestros sueños.

La memoria del tiempo,

astuta y traicionera,

que con traje de novia se presenta, pero

debajo porta la misma muerte dentro.

De mis registros tu imagen se me borra,

te pierdo de vista, no te siento;

la luz de la mañana se lleva contigo,

sobre la brisa fresca, la ilusión vana

dejando en mis manos desaliento.

El tiempo y la memoria,

con el olvido a sus espaldas,

que emborrona en el diario íntimo

de la vida, lo ingrato, lo perverso,

aquello guardado en el desván

con lo que jamás estábamos de acuerdo.

El tiempo, que no deja que bebamos

ese agua clara, esa nostalgia

que a nuestros labios acercan los recuerdos.