La vi llegar como llega el sol después de meses de invierno,
sin anuncio, sin preparación,
solo con la fuerza de quien existe
y transforma todo al pasar.
Yo había guardado las palabras en un cajón olvidado,
creía que se habían secado como flores prensadas,
que mi voz se había perdido entre el ruido del mundo,
que escribir era cosa del pasado.
Pero ella apareció.
No hizo nada extraordinario,
no pronunció frases mágicas,
no me prometió nada.
Simplemente fue.
Fue real en un mundo de sombras,
fue luz en mis días apagados,
fue la respuesta a preguntas
que ni siquiera sabía que tenía.
Y las palabras regresaron como ríos desbordados,
como si hubieran estado esperando
detrás de una presa invisible
el momento exacto de su llegada.
Ahora escribo de nuevo,
no por obligación o nostalgia,
sino porque ella me devolvió la razón más pura de hacerlo:
porque hay algo bello en el mundo
que merece ser puesto en palabras.
Ella no lo sabe aún,
pero me salvó del silencio
sin proponérselo,
sin pedirme nada a cambio.
Y eso, en sí mismo,
es el poema más hermoso
que jamás podré escribir.
-
Autor:
-Angel A.- (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 15 de junio de 2025 a las 03:28
- Comentario del autor sobre el poema: Muchas gracias por devolverme el espíritu para seguir escribiendo
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 4
- Usuarios favoritos de este poema: pasaba
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.