Ya se oyen pasos temblando,
no es valor, es la estrategia,
los cobardes van llegando,
pero traen la voz más vieja.
No son balas, son rumores,
no son gritos, son escudos,
se disfrazan de señores
mientras tiemblan como mudos.
Se agrupan como jauría,
con la cola bien guardada,
y presumen valentía
cuando ya no queda nada.
Uno apunta, otro respira,
y otro espera por si acaso,
pues ninguno se retira
sin estar en falso abrazo.
Y aunque apunten por la espalda
no hay sorpresa en su mirada,
porque el miedo no se guarda
cuando el alma está quebrada.
Ruedan torpes, sin destino,
como dados sin fortuna,
y mi pulso, que es divino,
no se pierde por ninguna.
Disparen cuando les pese,
si aún les queda la condena,
porque al final quien merece...
no se esconde en la cadena.
"Y aunque ataquen a la hora
que repiten cada día,
el algoritmo me implora
desde alguna cuenta mía."
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Autor:
Loiiz. (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 13 de junio de 2025 a las 12:41
- Comentario del autor sobre el poema: Es una reflexión sencilla sobre ya lo mas evidente, pero cada quien con su cada cual.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 9
- Usuarios favoritos de este poema: Poesía Herética, Santiago Alboherna, FRANCISCO CARRILLO
Comentarios2
uauu Loiiz, hermano, q buen poema. Y hoy no me siento aludido...
lOS RATONES VAN RODANDO
BUSCANDO EL QUESO PROHIBIDO,
Y CIEGOS NO VEN QUE EL GATO
A UNA PALMERA HA SUBIDO
Y LA TRAMPA HA TENDIDO
PARA DARSE BUEN BOCADO.
LOS PRIMEROS QUE HAN CAIDO
SON LOS RATONES SIN MIEDO,
LOS PRUDENTES, HAN SEGUIDO
CAYENDO TAMBIÉN EN SU CEBO
PORQUE RUEDAN LOS RATONES
AL COMPÁS DE ESE FELINO
Y NINGUNO HA PODIDO
ESCAPAR POR SUS HERRORES.
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