Vamos, empieza, utiliza todos los recursos literarios que se te ocurran, genera drama, utiliza los giros de guion para flanquear mis defectos, puntualiza mis dudas, apunta a mis debilidades, corónate como la vencedora en una batalla que yo siempre fui espectador.
Pero... ¿Por qué no dejas libreto para mí?, ¿Por qué no me das el derecho a dudar? ¿Por qué debo esperar crédulo a que las balas choquen a quemarropa contra mí?, ah entiendo, eres la dueña y ama de tus relatos, y no tengo ni la más mínima posibilidad de quitar, ni colocar una interrogante en ellos, por tanto, solo te pediré una cosa...
Cuéntales a tus lectores o a tus oyentes, en que momento, en que preciso instante yo me volví el monstruo que tus adjetivos describen, cuéntales como cada palabra sin amor iba carcomiendo ese sentimiento que alguna noche nos juramos mantener, píntales de negro y gris las tardes de llanto que dejaste en mí, sincérate y diles que este demonio, fue creado por nada más y nada menos, que, por ti y que no tuviste el valor, la fuerza y el temple para soportar tan molesta creación.
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Autor:
Pablo Machuca (
Offline)
- Publicado: 12 de junio de 2025 a las 12:13
- Categoría: Amor
- Lecturas: 4
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
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