¡Tú estás en mi cama como entonces dormida!

Jorge L Amarillo

Eres un rostro que toma vida en un espejo
y al vivir estás besando mis pupilas,
y al nombrarte, mi voz se hace eco
entre la niebla que se ha quedado dormida.
 
Giran ante mí demasiados misterios
de estrofas que yo ya creía perdidas,
busco poder mirarte con los ojos bien abiertos
pero al cerrarlos te hallo callada y tibia.
 
Estás aquí, no lo presumo porque es cierto
que estás en esa parte de mí aún confundida,
que estás fuera de mí y también estás adentro
y eres el fuego, como también eres las cenizas.
 
No estoy soñando, estoy bien despierto
y no me pesa llevar en mí esta mochila,
no me puede doler si te estoy queriendo
aunque sangren sin ti mis mil heridas.
 
Nadie ha venido a ver mi desconcierto
en la noche que es mi salvavidas,
donde tengo las cartas que hacen de este juego
las trampas que me dibujan tu sonrisa.
 
Eres mi huésped, y yo como todo caballero
solo pretendo que te sientas bien protegida,
quiero ocultarte con prisa en mis recuerdos
porque allí de nuevo puedo tenerte yo con vida.
 
Siento la rebeldía de aquel último beso
y esta noche que me ofrece una puerta de salida,
donde te tengo en mí, aquí de regreso
y ¡Tú estás en mi cama como entonces dormida!
 
 
 
 
Ver métrica de este poema
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.