Casi cumplo cincuenta vueltas al Sol,
desde que mi primer llanto fuese oído en este orbe.
Tiene sus ventajas y sus desventajas,
es verdad que, de cerca, ya no ves muy bien,
pero a los idiotas, desde lejos los detectas.
Tampoco hay a esta edad, mayor misterio que la lluvia,
y se agudiza la intuición y sabes distinguir
entre risas falsas y honestas.
O el viento, sí cariño, el mismo que cuando sopla,
aún nos trae el mismo cuento, y nos ayuda a oler la vanidad
y a saber dónde hay un alma buena.
Y no me deslumbra un Ferrari,
un cuerpo perfecto, ni una cartera llena,
sino las mentes sapientes que brillan, y enseñan.
A esta edad ya hemos aprendido a aprehender,
a abrazar cuando hace falta, a soltar, aunque nos duela,
a apreciar la hoja que cae del árbol,
a dejarnos la piel por una idea...
A estas alturas, he perdido la cuenta,
de las veces que he deseado ser hoja y ser estrella,
y, los amaneceres nos urgen, por ello despertamos al alba,
para alcanzar con más suerte, los sueños, sin las quimeras.
También he perdido la cuenta de los cafés que evitaron
el bostezo ante la incongruencia.
A los casi cincuenta, las alas crecieron tanto,
que nos arropan de pies a cabeza,
tal que las injurias, envidias y mentiras,
se resbalan, infaliblemente, de ellas.
A estas alturas y a estos abismos, ya hemos visto demasiado,
ya me sé tus pretextos, tus verdades a medias,
tus razones de peso y tus motivos de fiesta
y me sé tus enfados, tu mirar incitante, tus gestos y tus torpezas.
A estas alturas canto a grito abierto mi canción predilecta,
y me importa un comino la opinión "experta',
duermen a mi lado mis libros preferidos,
y asalto el frigo de madrugada, o a media siesta,
y sigo gozando nuestro baile lento, y tu mano en mis caderas.
Porque a mis casi cincuenta, ya no espero tu llegada,
voy por ti a donde haga falta, y me vuelvo, satisfecha...
A estas alturas aprendí hasta de mi gato, a dejar al otro en paz,
a dormir a pierna suelta, y a mimar a ratos,
claro está, y he sido aprendiz y maestra,
y he vivido cada segundo con intensidad suprema.
A estas alturas, cualquier variopinto que pretenda
enseñarme el hilo rojo, ay, se dará tres vueltas...
Porque a estas alturas del partido,
ya lloré lo indecible, la cągųé otras doscientas,
devoré mil pasteles chocolatosos, e intenté cien dietas y recetas,
a esta edad ya puse tantas veces, la otra mejilla de ida y vuelta,
y vi el éxito de frente y me hundí en la tristeza,
y perdí a gente maravillosa, y bloqueé a quien me detesta.
A estas alturas la muerte ya es una invitada,
guía turística de la nueva vida que me espera,
y, mientras llega, seguiré usando gafas
para leer y escribirte, aunque no me leas,
y seguiré vislumbrando el cosmos, y a los pendejos de lejos,
y vibraré con tu amor, muy, muy cerca...
©️ CASI CINCUENTA
✍️ Erika C. Rguez. Padrón
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Autor:
EPadrón (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 12 de junio de 2025 a las 04:37
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 16
- Usuarios favoritos de este poema: Nelaery, MIM (Fideo de Mileto), Alberto Escobar, Mauro Enrique Lopez Z., Augusto Fleid, Lualpri, EmilianoDR, ANGHELUZ., Andy Lakota👨🚀, ElidethAbreu, Poesía Herética, alicia perez hernandez
Comentarios4
Me encanta tu poema tan realista!!!
Me siento totalmente identificada.
Muchas gracias por compartirlo.
Saludos.
Gracias, qué linda.
Como que vas entendiendo de qué vas, que es lo mismo que de qué va la vida y sus personajes. Estás muy guapa. Disfruta de tus casi cincuenta y sigue en este formol en el que estás jaja. Un abrazo, Erika.
Si me permites mi humilde opinión, estás guapísima. Cuando cumplas los 50 estarás aún mejor.
Felicidades y tarta con velitas. ¡Sopla!
Gracias poeta y felicidades por entrar en los dorados cincuentas que ahira son los nuevos trenta.
Saludos Erika y celebro tu vida.
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