Qué irónico…
que en lo que menos piensa tu mente
sea en ti.
Y aun así,
yo no dejo de pensar en ti.
¿Estoy haciendo demasiado?
¿Será suficiente?
¿Qué pasaría si no sucede,
si todo esto solo se queda en intentos?
Me hago estas preguntas
mientras camino,
como si las respuestas estuvieran
en el suelo o en el viento.
Pero no están.
Ni tú tampoco.
Y entonces me pregunto:
¿Será este el momento
de dejar de ser tu amigo?
Aunque claro…
eso ya lo hicimos antes.
Nos alejamos.
Volvimos.
Nos dijimos “ya no más”
y luego fingimos que nada había pasado.
Pero ahora que lo pienso,
creo que nunca fuimos tan amigos.
Éramos algo más…
o algo menos,
algo que no supimos nombrar.
Y tú… tú volviste.
¿O fui yo quien volvió?
Quizá los dos,
por costumbre, por miedo, por nostalgia.
Pero no por amor.
Ahora entiendo que no quiero quedarme
en ese lugar tibio,
donde no duele tanto,
pero tampoco sana.
Así que me guardo esta carta,
como tantas otras.
Porque aunque tú no la leas,
yo ya la escribí.
Y eso,
me libera.
-
Autor:
Jorge RGF (
Offline)
- Publicado: 9 de junio de 2025 a las 18:56
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 9
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Mauro Enrique Lopez Z.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.