Carta Abierta Al Amor Por Venir

Luis Barreda Morán

Carta Abierta al Amor Por Venir

Querido tú, que aún no conozco,  
te escribo con el alma en pedazos.  
No sé cuándo vendrás, ni de qué modo,  
si aceptarás mis sueños desgastados.  

No estoy entera, te lo digo ahora,  
me desmorono cuando cae el día.  
Pero en la espera que el destino ignora,  
quizás te ame con nueva energía.  

Los días pasan, lentos como el viento,  
y empiezo a aguardar tu dulce encuentro.  
¿Me amarás tú con puro sentimiento?  
La vida es dura, y dudo en este intento.  

Dejé de soñarte en cada estrella,  
no quise hacerte imagen de cartón.  
Llegarás libre, y aunque no sé cuándo,  
me sorprenderás sin condición.  

Querido amor que está por caminar,  
estoy rota, mas sé lo que es amar.  
Mis cicatrices saben enseñar  
a quererme a mí, y a ti, sin dudar.  

Lentas las horas, y no llegas tú,  
creí verte tras la ventana fría  
en quien pasó corriendo hacia la bruma,  
pero no eras tú, mi luz del día.  

Otra vez pensé: ¿será aquella mirada?  
Mas ya no espero con ansia atormentada.  
Si vienes, aquí estaré, en esta morada,  
mi sitio está en tu alma apuntalada.  

Vivo en una piel con marcas del viento,  
en una boca sin colores, callada,  
pero guardo besos de salvamento  
para tu boca, amada, esperada.  

Detrás de brazos que parecen débiles,  
hay abrazos fuertes, calientes, sútiles.  
Y bajo este pecho de latidos dóciles,  
un corazón por ti late, invencible.  

Querido amor, entra ya sin demora,  
pero con cuidado, abre suave la puerta.  
Ya no soporto mentiras a esta hora,  
el dolor enseñó lecciones ciertas.  

Si dudas, si tu amor no es verdadero,  
aléjate un poco, no finjas un sendero.  
Pero si en serio quieres mi destino entero,  
entra... aquí dentro te espera un amor sincero.  

PD:
No cargues equipaje de viejos naufragios,  
aquí te cubrirán caricias y halagos.  
No traigas miedo, ni oscuros nublados,  
solo sonrisas serán nuestros pagos.  

Si traes mentiras, sombras o engaños,  
este hogar será solo un desengaño.  
No traes tristezas, ya lloré mis daños,  
mi llanto agotó sus propios años.  

Atentamente,  
La que un día será tu fortaleza,  
tu refugio, tu luz y tu certeza.

—Luis Barreda/LAB

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