Dos locos
hablan
sangre.
“Sacrificarme” —grita el micrófono.
Huye el gitano
del telón rojo.
Los locos parlan,
gimen.
No se sientan.
El oasis es la nada
donde los locos
beberán.
No dormirán.
Entre besos de sal
hunden la razón.
¡Oeoeoeoeeeeee!
Los locos no callan
ni saben
a dónde van.
Se ponen de pie
en el barco de la demencia.
¡UooooOUoooooO!
No son sus dueños.
Cantan
oscuros
en la penumbra.
¡Oooooooooooooo!
En chaleco rojo
corre el Tloque
Nahuaque.
¿Quiénes son los locos?
Loco loco
lo coloco
en noches
de la nostra piel
sin pipa
ni guante.
Los locos están:
ofuscados,
agitados,
aburridos,
malvestidos,
como vampiros
de las calles
de la Ciudad de México.
¡Iiiiiiiieeeeeeeeeeeeeee!
Todo aquello que traiciona…
espina.
Quiero ver esos huesos,
sentir que estás aquí,
romper el miedo
del pasado.
¡Eeeooooooeeeeeeee!
¡Oooooooeeeeeaaaaa!
Desde el corazón de La Casta.
vuela la prisa
patrística.
No hay nada
para mí.
Cisnes de locura
patean
el sombrero del misterio.
El silencio.
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Autor:
Chico (
Offline)
- Publicado: 8 de junio de 2025 a las 16:36
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 9
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z.
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