Ahora mismo estoy escribiendo una novela. No sé cuánto tardaré en terminarla, pero siempre hay espacio para un poema. Gracias por leer. Un saludo.
Corrió, corrió, corrió y… ¡pumba! Se cayó Ramiro, otra vez.
Dice que quiere volar como un pájaro e inventó un par de alas con ramas de un árbol. Siempre fue inquieto; debió querer ser una hormiga, no un pájaro.
Es la quinta vez que intenta volar hoy y está lejos de frustrarse. Se lo ve concentrado, reparando las alas; como un ingeniero aeronáutico, se toma en serio su trabajo.
Cada vez que falla, vuelve con más fuerza. Creo que cualquier día saldrá volando de verdad; le ganará a la física por pura insistencia.
La abuela lo llama: es hora del almuerzo. El chico come apurado, ensucia el mantel, la ropa, el suelo. La abuela le dice que parece un cerdito y se levanta la punta de la nariz con el dedo. Se ríen los dos.
Terminan de comer, Ramiro salta de la silla y sale corriendo a buscar sus alas.
Allá va de nuevo: unos ajustes aquí, otros allá. Parece decidido a volar esta vez, lo veo en su rostro. Mira fijo un punto en el horizonte, llena el pecho de aire, abre los brazos, corre, corre, corre, salta y…
—Felicio Flores.
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Autor:
Felicio Flores (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 8 de junio de 2025 a las 13:24
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 7
- Usuarios favoritos de este poema: Nelaery, Mauro Enrique Lopez Z., ElidethAbreu, alicia perez hernandez
Comentarios2
Seguro que acabará consiguiéndolo de una forma o de otra.
Muchas gracias por compartirlo, poeta Felicio.
Gracias a ti por leer, Nelaery.
Gracias Felicio y ya Ramiro vuela con las alas de la voluntad y el corazón ♥️.
Delicia de historia amigo.
Abrazos.
Gracias Eli, un abrazo.
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