La Reina de la Noche
La ciudad despierta con luces brillantes,
Las calles se llenan de ecos vibrantes.
Viernes ha llegado, la hora es propicia,
Para entregar el alma a la melodía.
Una figura surge, radiante y ligera,
Moviendo los pies sobre la madera.
Su risa es un eco de pura alegría,
Un sol en la noche que nunca se iría.
Gira sin pausa, con gracia infinita,
Como si el aire su forma imita.
Su pelo al viento es un manto fugaz,
Nadie en la pista la puede igualar.
No busca miradas ni halagos vanos,
Solo le importan los ritmos hermanos.
Su cuerpo se agita, un temblor profundo,
Sintiendo la fuerza del ritmo del mundo.
Sola o acompañada, le da igual la razón,
Su reino es el baile, su única pasión.
La música manda, un llamado intenso,
Un golpe salvaje, un latido inmenso.
La multitud gira, un remolino en acción,
Todos son parte de la misma canción.
Pero entre las sombras y el humo espeso,
Una luz brilla con puro exceso.
Es ella, la joven, con fuego en la piel,
Bailando su historia, viviendo su hiel
Convertido en néctar, en puro placer,
Sin nada que temer, sin nada que perder.
Sus brazos son alas que cortan el aire,
Su sonrisa un faro, dulce y sincero.
La juventud late en su corazón,
Libre de ataduras, sin temor ni rencor.
El ritmo es su guía, su ley y su abrazo,
Un viaje sin freno, un veloz regazo.
Avanza y retrocede, un vaivén sin fin,
Absorta en el son, sin mirar el reloj.
Las luces parpadean, colores sin nombre,
La noche es profunda más allá del hombre.
Ella sigue danzando, un torbellino fiel,
La dueña absoluta de este carrusel.
No es flor que se marchita, ni ave enjaulada,
Es fuerza en movimiento, alma liberada.
La inquietud que lleva, ese fuego interno,
Es lo que la hace brillar, lo cierto, lo eterno.
La música sube, un rugido potente,
Sacudiendo cuerpos, calentando la mente.
Ella se entrega, sin miedo a caer,
Su esencia es el baile, su forma de ser.
Y cuando el alba asome su luz tenue y fría,
Terminará el sueño, llegará el día.
Pero en cada esquina, en cada rincón,
Quedará su huella, su libre canción.
Pues ella fue reina, por una velada,
De su propia fiesta, jamás conquistada.
La reina que baila, que ríe y que vibra,
Libre como el viento, pura y siempre altiva.
—Luis Barreda/LAB
-
Autor:
Luis Barreda Morán (
Offline)
- Publicado: 8 de junio de 2025 a las 04:08
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 6
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.