Perla negra

Cococherry

Navegué mil mares sin rumbo ni estrella,

hasta que en tu mirada vi luz de doncella.

Fuiste tormenta y faro, marea y canción,

y yo, barco maldito, sin redención.

 

Mi alma, la Perla Negra en pena,

crujía en la noche, buscándote plena.

Velas rasgadas, pasado a cuestas,

pero tu voz calmaba mis apuestas.

 

Tú no temiste mis sombras ni heridas,

subiste a mi cubierta, domaste mis vidas.

Con manos de fuego y labios de sal,

me diste un rumbo tan poco normal.

 

Fuimos amor de cañones y viento,

pasión que arde, pero se va lento.

Y aunque el ancla jamás se lanzó,

tu nombre en mi casco se eternizó.

 

Ahora navego, pirata del recuerdo,

con tu perfume en cada acuerdo.

Fuiste mi maldición y mi rescate,

la capitana que robó el timón del combate.

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