Navegué mil mares sin rumbo ni estrella,
hasta que en tu mirada vi luz de doncella.
Fuiste tormenta y faro, marea y canción,
y yo, barco maldito, sin redención.
Mi alma, la Perla Negra en pena,
crujía en la noche, buscándote plena.
Velas rasgadas, pasado a cuestas,
pero tu voz calmaba mis apuestas.
Tú no temiste mis sombras ni heridas,
subiste a mi cubierta, domaste mis vidas.
Con manos de fuego y labios de sal,
me diste un rumbo tan poco normal.
Fuimos amor de cañones y viento,
pasión que arde, pero se va lento.
Y aunque el ancla jamás se lanzó,
tu nombre en mi casco se eternizó.
Ahora navego, pirata del recuerdo,
con tu perfume en cada acuerdo.
Fuiste mi maldición y mi rescate,
la capitana que robó el timón del combate.
-
Autor:
Cococherry (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 7 de junio de 2025 a las 15:28
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 35
- Usuarios favoritos de este poema: ElidethAbreu, rubén3k 🇲🇽, 🍷✨️MariPD, EmilianoDR, pasaba, Emilia🦋
Comentarios1
Muy buenas letras, saludos.
Gracias.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.