A destiempo

Jasuara

Lo perdí sin querer, por cobarde,

por pensar que no era bastante,

porque el alma, dolida y tan tarde,

se escondía de un amor tan constante.

 

Me ofreció su ternura sincera,

una mano sin juicio ni prisa,

pero yo, entre mis sombras y espera,

lo alejé… sin siquiera una risa.

 

Creí que cuidarlo era herirlo,

que era menos dejarlo partir,

que el amor, para no destruirlo,

me exigía fingir no sentir.

 

Y callé lo que el pecho gritaba,

me vestí de insegura y de hielo,

mientras él, sin saberlo, dejaba

mil detalles sembrados en el cielo.

 

Otros brazos vinieron después,

otros nombres, caminos, momentos,

pero ninguno fue como él es,

ni encendieron tan puros sentimientos.

 

Trabajador, con mirada de calma,

con nobleza, pasión y paciencia,

él hablaba directo a mi alma

sin palabras… con solo su presencia.

 

Hoy lo entiendo, lo siento, lo lloro,

fue un gran hombre, y yo lo dejé;

por temores que aún no valoro,

por complejos que nunca sané.

 

Si supiera que aún lo recuerdo,

que en silencio también lo amé,

que su ausencia en mi pecho la muerdo

y que tarde… muy tarde, lloré.

 

Y si acaso me sueña en la bruma,

que me lleve en un rincón del ayer,

como quien guarda un trozo de espuma

que rozó el corazón… sin saber.

 

📝 Jasuara Melgara

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