Al gran poeta Wilfred Owen
Me envían a matar a un semejante
al hijo de alguien como yo,
con una madre como la mía
y con hijos como los que aún no tengo.
En la mira del francotirador
mi vida no valdrá nada,
igual sucede cuando soy yo
el que lanza las bombas
donde me indique el dron.
Y la muerte, perversa, bruja
se burle de mí y me arranque
los ojos o la lengua,
los brazos y la cabeza.
En la guerra todos somos combatientes:
hombre o mujer
civil o militar
adulto o niño
todos, sin distingo.
¡El silencio!
Qué espantoso silencio
cuando matamos y vemos morir
se hace un silencio que cruje
hasta los insectos se callan
horrorizados ante lo hecho
por mi tropa
y por mi mismo.
No tendré paz mientras viva,
siempre recordaré mis acciones bélicas
no soy ningún héroe,
sólo quiero seguir con vida
y olvidar que maté para vivir
maté a otros que sólo defendían
su tierra y a los suyos.
Nada justifica mis acciones,
nada de lo sucedido
en el campo de batalla
es honorable ni lógico
y si totalmente deleznable.
Que no canten el himno
que no me lancen flores
cuando devuelvan mi cuerpo yermo,
envuelto en el sudario
de mi manchado tricolor.
OLLIN
05/06/2025
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Autor:
Ollin (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 5 de junio de 2025 a las 12:52
- Comentario del autor sobre el poema: Anoche volví a ver la película 1917 de Sam Mendes y aunque dura y triste no deja de ser una gran película, sobre todo de una narrativa visual inconmensurable.
- Categoría: Sociopolítico
- Lecturas: 13
- Usuarios favoritos de este poema: María Gpe P Bautista 🌹 La dama silenciosa, alicia perez hernandez, Poesía Herética, Mauro Enrique Lopez Z., EmilianoDR, Gibraltar
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