HERMANA DIAMANTE

Irmaelvira Tamez

¿Dime tú, hermana, si acaso el abandono

en medio de una tormenta es amor?

¿Acaso el sueño que sueña la vida, es vida?

Resbala el pie por el desfiladero donde se despeñan

ilusiones vanas y sombrías que de nada sirven,

vuela el ojo por brillantes mañanas

y ocasos tardíos, los encauza hacia un lugar

                                                               donde no perecen los recuerdos,

entre nubes ballenas y pájaros chorros,

entre blancos agujeros y rosas tormentos,

mi hermana, asida de la vida, crucifica las llagas de su cuerpo.

Letra por letra resarce el daño de su nombre

y se erige en torre hacia el firmamento.

Ángeles donceles descienden hasta su lecho,

por la espesura de su pelo, clava Dios su mano sagrada

y el rayo ardiente de sus ojos  aguza la virtud que la sostiene.

¿Qué brújula le guía, qué itinerario sostiene su viaje?

Llena hermana, tu senda milagrosa de iluminadas piedras,

destila el llanto dolorido sobre el paño de tus manos,

pisa con fuerza el corazón de tu arca donde sonrisas cargas,

no guardes ya el pálido clamor que nada te alivia.

Hermana diamante vuela sobre pétalos que limpien tus llagas

y se pierdan en mares remotos mientras te agarras con fuerza a la vida.

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