No es lo que parece.

Caminando por una línea recta pero empinada,

con la vista en la cima, la esperanza elevada.

Mas al llegar, la línea se quiebra, traicionera,

y caigo en un pozo oscuro.

Sé lo que viene, no quiero esa cima impostada,

camino sabiendo que al final no hay nada.

Me miro al espejo, pero no soy yo,

es alguien que finge, que ya se perdió.

Estar consciente de la situación es mi mayor ayuda, lo vi venir.

Soy de esas personas que descifran juegos mentales sin permitir

que me atrapen… pero también sé crear mi perdición,

levantando infiernos donde antes no había razón.

Haber pasado por esta despersonalización silente,

me dio una visión distinta, más consciente.

Hice lo opuesto a lo que mi mente me quería imponer,

rompí el ciclo, aunque doliera, aunque no supiera por qué.

No fue redención ni gloria, fue apenas un respiro,

un paso hacia mí mismo, sin juicio ni delirio.

Aprendí que a veces vencer no es brillar,

sino simplemente elegir no dejarse engañar .