Había una vez un alumno que se creía invencible.
Sabía resolver ecuaciones, lanzar papelitos sin que lo vieran, y comerse un alfajor en clase en menos de tres segundos sin dejar migas.
¡Un verdadero ninja escolar!
Un día, mientras la clase entera estaba en un silencio más profundo que el corazón de un ex, el profe pregunta:
—¿Quién quiere pasar a resolver el ejercicio en la pizarra?
Silencio total.
Ni una mosca se atrevía a volar.
Pero este alumno pensó:
"¡Es mi momento! El mundo debe ver mi sabiduría."
Se levantó con elegancia, caminó como si estuviera en una pasarela de París…
Y justo cuando llegó al frente, ¡se tiró un gas accidental!
¡PUUURRRT!
Un trueno de los dioses, un rugido intestinal, un clarinete desafinado.
Y lo peor…
¡Fue con eco contra la pizarra!
Primero hubo silencio…
Después, una risa tímida en la esquina.
Y de pronto…
¡EXPLOSIÓN DE RISA GENERAL!
El profe bajó la cabeza, tratando de no tentarse.
Un compañero se cayó de la silla.
Y alguien gritó:
—¡Ese fue el mejor aporte del día!
El alumno, rojo como tomate en horno, quiso hacerse el que no fue él.
Pero el sonido había sido tan personalizado que era imposible negar la autoría.
Desde ese día, le dejaron el apodo más honorable de todos:
"El Destructor Silencioso."
Y cada vez que alguien pasaba al frente, revisaban el piso…
por si el próximo ataque venía con réplica.
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Autor:
Daniii (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 3 de junio de 2025 a las 13:56
- Comentario del autor sobre el poema: Cuento de humor
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 11
- Usuarios favoritos de este poema: pasaba, Mauro Enrique Lopez Z., JUSTO ALDÚ, Poesía Herética
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