VISITANDO MIS CHAKRAS

Carolina Ugas Pazos

Por lo que se es espíritu,

por lo que se ministra ángel

Agustín de Hipona

 

Muladhara o Éfeso:

Rojo, la serpiente kundalini

duerme sobre él,

despierta asciende

y con ella las sensaciones

básicas, primitivas,

lo que me hace bestia

y me aleja de los dioses.

 

Svadhisthana o Esmirna:

Anaranjado, el deseo primal

se transforma en ternura,

amor, comprensión

y contención

se dominan las bajas vibraciones

cribando, no el trigo candeal

sino las emociones.

 

Manipura o Pérgamo:

Amarillo, más bien dorado,

controlo mi egolatría

mis caprichos

mis ansiedades mudas

mis perversidades difusas

el látigo de Capote

da paso al látigo simple

en un esquema del Tai Chi.

 

Anahata o Tiatira:

Verde como la clorofila

la madre naturaleza

o la Pachamama de los Incas,

gracias a mi corazón amo

y con mi timo respiro

en rapsodias milenarias

multiversales y sacrosantas.

 

Vishuddha o Sardis:

Azul como los zafiros,

el lapislázuli

y el abrigo de plumas

conque las guacamayas exornan

su vigorosa presencia,

gracias a él hablo,

comunico mis ideas

cuento mis sueños

narro mis verdades

porque somos seres narrativos

que enferman y mueren

si les imponen silencio y soledad.

 

Ajna o Filadelfia:

de color violeta transmutador

allí se asienta el tercer ojo,

parpadea la intuición

y los atributos creativos

(creacionales)

la intuición nos impele

a ser menos materia

y más espíritu.

 

Sahasrara o Laodicea:

la blanca corona,

el kheter de los cabalistas

una flor de loto,

mil pétalos la abren

justo allí en la coronilla

donde la serpiente kundalini

reposa de su largo viaje,

desde la raíz hasta la cabeza

por ella me uno a la divinidad,

al dios que se me habita

cualquiera sea su nombre

su género (Madre y Padre)

o su número,

el inexplicable Elohim

concepto plural

que el judeo-cristianismo todavía

no encuentra como descifrar.                                                                         

 

OLLIN

03/06/2025

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