Vestigios

Había soñado con la tela blanca del "acepto",

previo a la gran pérdida.

Bailar al compás de una melodía

que juntos nos mantuvo

ante nuestra caída.

¿Crees poder sanar la herida de su ausencia

como quien remienda una alma rendida?

Abrázame,

bésame,

ofréceme el cielo

y prométeme estrellas que no sé si veré.

Difiere de competir con el eco

que aún grita desde mis adentros

La ironía se volvió mi peor enemiga.

Juré frente a la sombras del pasado,

que su lugar ya no era mi corazón,

mas tu torpe intento de cortejo

logró traerlo de vuelta.

Háblame de tus más grandes sueños,

nada cuesta cuando caminas sobre huellas

que el tiempo no borró.

Ineludible es, 

el hecho de que la nostalgia me alcanza

y poco a poco reprende mi memoria;

la retuerce,

porque anhelo incluso

lo que de él ya no queda.

Y sin querer,

tú me haces pensar

que sus grietas tenían cura,

frente a lo que tú me ofreces.

Quizá la vida nunca me preparó

para verlo partir,

y besar tus labios es dejar

su recuerdo morir.

Por si aún tu mente

queda en negación

¿Qué más he de decir para matar

la pasión jamás habida?

La herida de un corazón

después del primer amor

no buscará la cura en alguien

que dejó de lado su honor

para ser correspondido.

Ni aún posando de rodillas,

podrás reparar la pérdida

de mi mejor amigo, 

cuyas cálidas mentiras

jamás soltaban mi mano,

y al mismo tiempo, 

el único hombre

que fingía entenderme.

Se fueron para siempre.