Primavera de un Amor Callado

Tu nombre, eco suave en mi silencio,
Dunia, mi ángel, mi callado anhelo.
Mi amor por ti, como la noche en ciernes,
Aguarda, sin urgir, bajo tu cielo.

No mide el desdén que acaso ignores,
No lanza un grito que la esperanza quiebre.
Es melodía muda en mis albores,
Un sol que sin mostrarse al fin te cubre.

No hay arrebato, ni bullicio insano,
Solo la espera de que tu hogar repose.
Para que entonces, con paso leve y plano,
Mi alma en tu calle sin rumor se pose.

Y en el silencio de la noche te amo,
Como te amo en el bullicio del día.
Te amo a cada hora, sin vano reclamo,
Un poco más que ayer, menos que en la venidera vía.

Eternamente mía, eternamente tuyo,
Somos de esos amores que cada día se cuidan.
Eres el amor mío, soy el amor tuyo,
Con nuestra boca sellamos el secreto que nos guía.

Con nuestras miradas gritamos al mundo callado,
Cuánto nos amamos, en este pacto sagrado.
Entre risas nos amamos, con caricias que son vuelo,
Entre sollozos nos consolamos, con paciencia que es consuelo.
En las penas nos apoyamos, como firme y fiel duelo,
Pero siempre tú y yo juntos, bajo el mismo cielo.

¡Qué bonito es nuestro amor, que nació como quimera,
Hoy el mundo mira cómo hemos llegado a nuestra primavera!

Y en esta floración que el tiempo nos regala,
Con cada pétalo de amor que en el alma se instala,
El dulce aroma de lo eterno nos señala:
Un amor que en silencio se alza, nunca calla.

Pues la chispa que creí ya desvanecida,
En tus ojos halló su lumbre renacida.
Tu amor, faro de ensueño, hoy guía mi vida,
Mi eterna historia, por ti, sublime y bendecida.