Rubia mala clase.

Keiry Diaz

Aquí estoy, siendo yo: egoísta, egocéntrica, rebelde y oveja negra.

Soy yo, la que no se queda callada y que no le para a ninguna falacia.

¡Soy yo, la que con el negrito hace contraste! ¡Esa soy yo, la rubia mala clase!

Y dime, ¿qué quieres que haga, si lo que dices me halaga? Con cuidado te digo que en la vida soy un fastidio: intensa, bella, en mí ya no se posan tristezas.

¿Es que no sabes apreciar las bellezas? ¡Y qué si soy egocéntrica, ese no es tu problema! ¡Y qué si soy intensa, ese tampoco es tu problema!

Soy todo lo que dices, pero también soy lo que creo, lo que hago y lo que amo. ¡Ay, si supieras que ni de talentos te he hablado! Es más, ni voy a mencionarlos, que después te agarra el infarto.

¡Sí, soy yo, la rubia mala clase! ¡La que con el negrito hace contraste!

Si supieras que en mí habita teatro, poesía, romance y ternura…

¡Y qué si soy lo que dicen de la rubia! ¡Que te agarre el infarto, ya no me importa! Si supieras que ni mi mamá me soporta.

¿Y ahora dime? ¿Quieres que, aparte de mi ternura y alma de egocéntrica, también te confirme mis talentos con evidencias?

¡Pero qué es esto!

Soy rubia mala clase, pero sexy;

rubia mala clase, pero bella;

rubia mala clase, pero porto inteligencia.

rubia mala clase que se ama entera;

rubia mala clase que no solo pega con el negrito, sino que también con el blanquito.

A veces hasta me río, ¿No ves que hasta con todos los colores bailo el areíto?

Oh, amigos míos, mis labios solo hablan de historia, filosofía y el típico teatrillo.

Si no quieres apreciarlo, ¿qué haces leyendo mi poemario?

¿Es que también te gusta que el rubio tome cacicazgo?

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