LA CUADRATURA DEL CIRCULO

Humberto Frontado

Por Humberto Frontado

 

     Siete eminentes filósofos venezolanos

aceptaron el desafío brutal y proscrito:

resolver el disparate matemático eterno

que burlaba los métodos clásicos ya gastados.

 

     Enclaustrados en un símil del cónclave vaticano

juraron no salir hasta hallar una respuesta

o sucumbir en el intento obstinado de encontrar

la clave jamás alcanzada,

quizás una eventual.

 

     Primero, el filólogo geómetra Caraqueño

propuso afanado usar el perímetro leve y extrapolable

hallado en los óvalos misteriosos

de los huevos de las gallinas negras.

 

     El vetusto sabio Larense expuso tácito

la teoría heredada de su tío Pío:

“la irracionalidad de las piernas corvas

que antes trabajaron servil en ángulos agudos,

ahora son una extraña derivación”.

 

     Bruscamente el sabio Gocho se levantó,

lanzando un negro escupitajo chímonaceo,

mientras mostraba una carcomida copia del papiro Rhind.

Su solución trajo consigo polilla y más confusión.

 

     El erudito Llanero, quitándose el sombrero,

tomó un trozo de carbón del fogón y

plasmó raras ecuaciones sobre la calcárea pared.

Usó una vara de vera con surcos escalados

atada a la razón de un deshilachado cordel,

su extraño compás, circundó en la nada.

 

     Como cabra loca el pensador Coriano

saltó de su ergonómico taburete de cuero cabrío,

dió parsimonioso una vuelta al recinto exclamando:

“la redondez del giro que da el chivo antes de embestir

tiene innegables paralelismos cuadráticos…¡verdad!”

 

     Remedando a su antecesor, el filósofo Oriental

bajó del chinchorro que lo acogía

y con pasos tardos ocupó el centro exacto de zaguán.

Su dedo índice en redondel blandía mientras exponía:

“la redondez de una arepa, decía mi abuela,

depende directamente de las tensiones circunstanciales

que cuadriculan la voluble voluntad”.

 

     Ufano, el ilustrado Maracucho

cercano a la mesa señaló el redondo queso palmito.

Sonriente y con voz estruendosa

agitó por largo tiempo la teoría heredada de su primo Euclides:

“la horma equidistante al círculo

subyace al área entre figuras geométricas”.

 

     Al final, las siete mentes exhaustas

lograron humo blanco,

una coincidencia simbólica.

"Quien conozca la naturaleza profunda

y se conozca a sí mismo,

logrará cuadrar el círculo en esencia”.

 

01-06-2025

  • Autor: Humberto Frontado (Offline Offline)
  • Publicado: 1 de junio de 2025 a las 12:31
  • Comentario del autor sobre el poema: Este poema busca fusionar el humor absurdo con la reflexión filosófica. Es una crítica disfrazada sobre la obsesión humana con imposibles. La referencia final a "conocerse a sí mismo" sugiere una capa profunda ante lo cómico.
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 11
  • Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., EmilianoDR
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.