Volví a tener miedo

Alma En Letras

Volví a tener miedo.
Después de tantos años,
cuando decidí volver a estudiar,
volví a temer equivocarme.
Temí no hacer las cosas bien.
Temí preguntar.
Temí no saber si iba por el camino correcto.
Un miedo viejo, escondido, volvió a hablar.

Querido profesor:
enseñar no es imponer,
no es oprimir el pensamiento,
ni castigar el alma con una nota.
No es comparar saberes ni medir capacidades
como si fuésemos piezas exactas de un engranaje.

El que enseña con dureza
olvida que cada estudiante
carga un mundo en su espalda
y que hay quienes dan su mil por ciento,
aunque no tengan tu memoria,
tu ritmo, tu facilidad.

Cuando castigas la duda,
cuando censuras la pregunta,
cuando corriges con desprecio
o niegas el esfuerzo sincero…
no estás enseñando,
estás hiriendo.

Enseñar es más que sumar uno más uno.
Es entregar el saber con bondad,
es respetar al otro aunque no piense como tú.
Es tener paciencia con quien tropieza,
es dar confianza a quien duda,
es sembrar el deseo de aprender,
no el temor de fallar.

Porque un estudiante con miedo no florece.
Se apaga.
Se encierra.
Se rinde.

Y tú lo sabes.
Tú puedes ver quién se esfuerza,
quién lucha con todo lo que tiene.
Ayúdale.
No con privilegios, sino con humanidad:
una palabra amable,
una nota justa,
una mirada que diga:
“lo estás intentando, y eso vale mucho.”

No seas el maestro que calla voces.
No seas el sabio que ignora que también ignora.
Porque puede que tú sepas de física,
pero no sepas de fragilidad.
Puede que domines las letras,
pero no el arte de consolar.

Hoy te pido, como estudiante,
como ser humano:
no me enseñes solo a resolver ecuaciones.
Enséñame a no tener miedo de aprender.
Porque si vuelvo a tener miedo…
quizás deje de intentarlo.

JFAS-31-05-2024

Ver métrica de este poema
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.