Había una vez un joven poeta llamado Elías del Alma, que escribía versos tan intensos que hasta los perros callejeros lloraban al escucharlos. Era flaco, despeinado, con cara de “me rompieron el corazón en el recreo”.
Elías se enamoró perdidamente de Lucía, la chica que atendía el kiosco de la esquina. No por sus ojos, ni su sonrisa… sino porque le fiaba las papas fritas sin pedirle interés. Eso, para él, era amor verdadero.
—Tengo que conquistarla con poesía —se dijo, inspiradísimo—. Pero no con cualquier verso… ¡con uno que la deje temblando!
Así que pasó tres días sin dormir, escribiendo un poema que decía:
“Tus ojos son dos caramelos de menta,
y tu alma, un paquete de galletas sin fecha de vencimiento.
Lucía…
vos sos el alfajor que me falta en esta vida dietética.”
Orgulloso, lo imprimió con letra cursiva, lo dobló en forma de flor y lo entregó con un Sugus pegado al costado.
Lucía lo leyó en silencio. Lo miró. Lo volvió a leer.
Y le dijo:
—Che... ¿sabés que me hiciste reír? Es lo más tierno y ridículo que me han escrito. Me encantó.
Desde ese día, Elías del Alma pasó a ser su poeta oficial. No se pusieron de novios… pero ella le daba dos papas por el precio de una y, a veces, una sonrisa que valía más que mil versos.
Y él, desde entonces, supo que el alma también se ríe.
-
Autor:
Daniii (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 31 de mayo de 2025 a las 08:18
- Comentario del autor sobre el poema: Esto es como un cuento de humor a la vez
- Categoría: Humor
- Lecturas: 17
- Usuarios favoritos de este poema: JUSTO ALDÚ, Scarlett-Oru, EmilianoDR, Poesía Herética, rosi12
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.