El ruido que dejó el silencio

pinguio

Vos sos el ruido
que dejó el silencio.

Aun cuando rasgo mi guitarra,
sigue sonando a tu triste adiós
que nunca me dijiste.

Y aunque no quiera,
mis letras suenan a vos.
Pero no a cualquier vos,
sino a la que yo conocí,
a la que daría hasta mi último centavo
por volver a ver.

Ahora solo me toca
intentar afinar
mi corazón partido
y lograr que no suene
como tu melodía favorita.

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