Con solo aceptar
es suficiente.
Ningún entorno
es perfecto, y ni siquiera
tú, o yo, y entonces,
exigir que a tu alrededor
cada pieza encaje sin fisuras
en la de al lado es excesivo,
injusto, y si así fuera
tu ojo, el mío, no estaría ready
para registrar lo perfecto, sino,
más bien, las taras, aquello
que nos advierte de un peligro,
de alguna mota de polvo posada
indebidamente en el raso contorno
de una mesa caoba, sobrelacada,
sobre la que cualquier mínima
disonancia se torna sospechosa,
cual un lunar sobre la blancura
de una piel, blanco de las miradas.
Enzo Fernández no supo
intermediar válidamente
entre su corazón y su mente,
y las interferencias y malentendidos
eran de una tempestuosidad
ya de límites insostenibles,
de manera que él, sin sospecharlo,
sin desearlo ni por asomo, solo hacía
que verter gasolina en el tanto fuego
que ya de tiempo campeaba dueño
en su alma, y su novia de entonces,
Marieta, no veía el día de irse siempre
de su lado, como quien se retira
de una batalla que no merece las balas,
con bandera blanca, con cuidado
de no despertarlo, y él, Enzo, negándose
a aceptar cualquier armisticio.
Condición sine qua non,
una raya constante, horizontal,
blanca tiza a lo largo de una línea
de salida —donde todo renace—.
Una pieza, un puzzle, un cuadro...
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Autor:
Albertín (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 30 de mayo de 2025 a las 07:49
- Comentario del autor sobre el poema: A veces un romper algo araña tanto como una baldosa esquinada a destiempo.
- Categoría: Carta
- Lecturas: 14
- Usuarios favoritos de este poema: Alexandra I, Poesía Herética, Pilar Luna
Comentarios1
"Las cuitas de los amigos"
Un abrazo partner
Cuando se pasa de la amistad a la penetración, no? jaja. Otro para ti.
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