SUICIDÁNDOME EN TUS LABIOS DE CARMESÍ

GDA

Sobre nubes de imprudencias
sigo las estelas que la orla
de tu vestido va dejando
en tu camino que recorriendo vas,
no puedo evitar mis impertinencias,
yo burdamente actúo mientras tú con sutileza y con refinamiento...
mis acciones simplemente no aciertan
cómo besar tus labios sin morderlos,
y a tus ojos, ni siquiera intento mirarlos,
pues puedo romperles su retina
al implantar dentro de ellos simientes de odas
candentemente con trozos de mi alma de piedra
que aguardan entrar en ti, con tanta impaciencia...
no te pido que sigas desprendiendo de tu alma
luces para mis gustos, pues ya eres tú,
entre todas la mujeres, la poesía misma,
y me vas envolviendo día tras día,
para cantarte en el silencio la elocuencia de mi naturaleza;
en el acompañamiento de mi soledad,
desde nuestra albura
tomas forma, amor mío, con alevosía,
cleptómanamente y con morbidez en mi pensamiento;
yo para qué quiero la vida si no es para ti,
prefiero mi vida ofrecerte,
y tú para qué vives si no es para mí,
prefiero hurtarte,
e insólitamente en este frenesí, de mucho placer,
en que intento engendrarte en mi alma,
busco también hallar la calma
suicidándome en tus labios de carmesí.

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