El jardín donde encuentra sociego mi alma 

EDGARDO

Gualaceo, mi tierra, mi pulso, en tu nombre un sueño hallo,

Jardín del Azuay, donde el alma se funde sin reparo.

Con tus aguas cristalinas, el corazón canta sin desmayo,

Arrullo de tus quebradas, donde cada pena es un desvelo amado.

Tierra de fe que arde viva, esperanza que al sol se entrega,

Donde el trabajo no es solo esfuerzo, ¡es la llama que todo entrega!

Hombres y mujeres de fuego, con manos que el destino tejen,

Historias de un pueblo que late, ¡donde los sueños al fin florecen!

En tus campos, la fruta es un beso, en el aire la orquídea es pasión,

Casonas que guardan secretos, modernas que dan vibración.

Mujeres de gracia que encienden, hombres sabios, de pura emoción,

Gualaceo, cuna de amores, ¡latido de mi corazón!

Tu gastronomía es un abrazo, tu folklore un grito de alegría,

Entre hilos de mil colores, tu historia cobra melodía.

Devoción que en el alma estalla, en el labio se vuelve oración,

Gualaceo, tierra bendita, ¡mi eterna y dulce adoración!

Aquí vi la luz primera, aquí el amor me encontró,

Tus aguas puras me arrullaron, tu canto me enamoró.

Gracias, Gualaceo amado, por mis sueños que se hicieron crecer,

Por darme la vida y la doncella, ¡por enseñarme a arder!

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