Una nueva cuestión

Pirretráctico

Pienso en la espera como fin y causa
de todas las cosas. Es la palabra
de quien siembra el amor y quien lo labra
sin tiempo, sin qué, sin cómo, sin pausa.

Es, por causa evidente, una licencia,
una muerte dispar y distendida,
en que queda flotando alguna esencia
que no se acaba, aunque acabe la vida.

Pero creo, ante todo, en las aristas,
en la pura función del alma humana,
cuya marca se desdobla, impasible,

en los halos del mundo y de sus vistas.
No obstante, pienso en la mujer lejana,
quien fija aún el término "imposible".

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