Como un aventurero temerario.

Siempre intento hacer inteligente lo confuso,
lo inarmónico, lo raro y absurdo.
Dar luz a todo aquello que flota en lo oscuro,
abriendo lo que cierra el mundo...

Así reactivo mi mente, a través de cada misterio,
en un acorde que se hace verso.
Verso tras verso, tras la grieta de un sepulcro,
o tras la diáfana noche del cielo frío, o del viento negro...

Y así paso mi tiempo, ostentando este secreto,
como un ser ante un influjo, que le hace ver más lejos y escribo,
al igual que un aventurero temerario,
en el salvaje mundo de lo convulso, siempre valeroso...

Para ir al más allá, a lo ignoto, a lo imprevisto,
a lo sumergido en lo sobrehumano,
al coloso abismo que atesora todo lo escondido,
y extraerlo a mi regazo...