Reinvento el plano en el que estamos
cayendo en la adicción de seducirte
una y otra y otra vez
y si acaso una vez más.
Reinvento los lugares
esta vez propongo sean oscuros
uno donde los muertos están, así nos recordaremos
hasta en el limbo, con el refractario
bailoteando entre llamaradas como
lo hicimos en una noche de verano
Sorprendeme, que de lo placentero, no me resisto.
Tenés prohibido seguir un mismo guión.
Quitate el disfraz de santo, descalzate y movete
sé impuro, sete vos solo
con tu oscuridad en dimensión
dejá la trompeta llorar, derretí la indumentaria
perdé tu quejido de lamento, en otro más intenso y travieso
quejate y sollozá del gusto
que yo te acurrucaré en los pechos
regazo de mi ser, claustro maternal, útero y refugio
para que nunca sufrás más,
al menos nunca de angustia,
ni de ganas,
ni de pena.
El rito nuestro serán estas tierras desmoronadas
que se deslizan tranquilamente.
Enlodados hasta el cuello.
Esas ropas movedizas que se hunden
y salen a poco
dentro de una fosa a la media noche
caldeando de este a oeste,
aguados entre espinas y hojas secas,
talvez dolorosas.
Mi anhelo es quedar fríos en el descanso eterno
y vengan a nosotros de una vez
a terminar de sepultar
estos restos que son ahora
huesos secos.
MaJo Irigoyen
-
Autor:
MaJo Irigoyen (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 23 de mayo de 2025 a las 22:39
- Comentario del autor sobre el poema: Este poema, es parte de una selección de mi poemario \\\"No me privés ni de tu piel ni de la noche\\\". Una muestra publicada en Revistas como: Letralia y Odiseo en el Erebo. Etc...
- Categoría: Erótico
- Lecturas: 12
- Usuarios favoritos de este poema: liocardo, Poesía Herética, JAGC
Comentarios1
Pudiera ser que un día
nos encontremos allí
donde la mente no puede
ni debe llegar.
pudiera ser, quizás,
que escuche una vez más
el eco de tu voz
o encuentre tu mirada
entre el arcoíris
y las negras sombras
allí donde el tiempo
--¡maldito!--
no marca las horas...
Lo primero que tengo que decir, es que me ha fascinado ese derroche de arte. Tu capacidad de transmitir, de hacerme mimetizar, empatizar, subsumir... envolverme en las sensaciones de las proposiciones. Ese amor perpetuo y eterno que se promete en la disolución de la carne, amor apasionado en su más absoluta expresión más allá de los convencionalismos. Y sí, cargado de erotismo, bien clasificado.
Una genialidad en su género, incontestable.
Ha sido un auténtico placer recibir este regalo literario maravilloso; que no diría fantástico, sino, al contrario, su más radical antónimo.
Un abrazo, amiga majo. Gracias por compartir.
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