Jamás será la estampa ni el paisaje,
ni el mármol de palacios ni sus flores,
ni el canto del turpial en su celaje,
ni el beso que perfuma los albores,
lo que alce mi existir a su voltaje.
Será tu voz, aurora siempre mía,
la dádiva que torna el lodo en oro,
la lumbre que transfigura la umbría,
la sal que da sabor al gris decoro,
la brújula de luz de mi poesía.
No es Roma, ni Estambul, ni el monte heleno
lo que al alma sacude de embeleso;
es tu mirar, tan límpido y sereno,
que vuelve en paraíso el más avieso
recodo de este mundo tan terreno.
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Autor:
El Corbán (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 23 de mayo de 2025 a las 10:28
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 4
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